Emprendimiento femenino

Emprendimiento femenino

No se cuándo fue el momento exacto en que se me prendió el bichito emprendedor pero mi primer recuerdo es de cuando tenía 6 años. Pasaba las tardes sentada en la muralla que daba a la calle de mi casa y le vendía a la gente que pasaba por ahí. Les vendía todo lo que encontraba, ropa, libros, objetos de decoración que le sacaba a mi mamá del living (al parecer nunca se diocuenta jajjaja), dulces, etc.

Después entendí que si vendía algo tenía que ser de mi propia creación. Cuando cumplí 10 me regalaron una máquina de coser chiquitita con un muestrario de telas que tenía mi mamá guardado por ahí y empecé a hacer bolsitas de género para la colación del colegio. Para mi suerte se pusieron de moda y las vendí todas, me sentía millonaria y por primera vez entendí, el poder de no sólo crear algo que a la gente le gustara sino que hacer que las cosas sucedan, dependía en gran parte de mí.

Después de eso no paré más. Buceaba en la ropa usada para comprar pilchas que después transformaba, las teñía, cortaba o hacia uniones de unas con otras.

Así que aparentemente tenía una mezcla entre negociante y diseñadora.

En mi adolescencia mi papá quebró y ahí me di cuenta de que no me podía quedar con los brazos cruzados y había que echarle para delante. Entré a estudiar diseño de vestuario becada por excelencia académica al Inacap y en paralelo dejaba los pies en la calle buscando telas y descubriendo talleres de confección, lo que me sirvió para comprarme mis máquinas de coser, mi computador y mi autito (actualmente conocido en Pippa como lamboryaris).

Más tarde entre a trabajar en el mundo del retaildonde aprendí muchísimo pero no solo de cómo funciona el negocio si no de cómo funciona el mundo laboral para las mujeres y ufffff es durísimo. De partida me di cuenta de que existía una diferencia salarial brutal entre hombres y mujeres. Había que sacarse la cresta para ganar la mitad de lo que ganaba un hombre haciendo lo mismo y no sólo eso, sino que sacrificar parte importante de la vida familiar. Me pasó que una vez casi nos quedamos abajo de un vuelo con mi jefa porque su hija le escondió su pasaporte para evitar que su mamá se fuera de viaje una vez más…

Por otro lado, en las reuniones me pasaba mucho que yo daba una idea y después un hombre decía lo mismo,pero en otras palabras… a lo que actualmente se le conoce como el mansplaining. ¡Me daba tanta rabia!

Durante esa época era mega trabajólica, quizás hasta un poco loca… Juraba que en algún minuto iba a ser la super big boss y claro ¿bajo qué costo? Probablemente sacrificando parte importante de mi vida y ganando menos de lo que correspondía.

Así que dado que mi costo alternativo no era muy alto me tiré a la piscina y decidí emprender con Cotín, mi pololo de ese minuto y actual marido.

Partimos desde cero pidiendo puros préstamos chiquititos. Yo trabajando full-time en Pippa y Cotín en ese entonces trabajaba en una consultora ya que necesitábamos su sueldo para poder pagarle a la vendedora y comprar telas. Incluso en esa época en los carretes nos decían; que choro Fran, tu haces ropa pero el negocio funciona gracias a Cotín y cualquier pregunta que tuviera que ver con "lo importante", se la hacían a élcuando era yo la que me cabeceaba con las tablas Excel ,sacaba los costos, márgenes, estrategias de venta y mil cosas más que tenían que ver con la parte comercial de Pippa. Pero bueeeh al principio trataba de explicar que yo igual cachaba pero ya me pasaba tan seguido que me rendí y al final les decía ; si si pregúntenle a él que es la cabeza detrás del negocio y aunque mi marido siempre me defendía, la gente hacia oídos sordos. O sea, no solo me sentía juzgada por ser mujer, sino que además por la carrera que estudié...

En India hay una diosa que se llama Durga y tiene múltiples brazos. Es mega powercada vez que voy a India por Pippa y veo la imagen de esa diosa veo a todas las mujeres de hoy donde cada brazo representa un rol que debemos cumplir y sacarnos la nota máxima… hoy las mujeres tenemos que ser las mejores mamas, las más secas en la pega, las que se tienen que hacer cargo de la casa, de la familia nuclear y extendida. Ser estupendas, deportistas, simpáticas, divertidas y mil cosas más…. La diferencia con esta Diosa es que nosotras sólo tenemos dos brazos y se hace difícil sostener la perfección por tanto tiempo. Por otro lado, hay tantas cosas increíbles que no nos perdemos de la vida, como por ejemplo ser mamá. Obvio que a veces es agotador y queremos tirar la toalla, pero al mismo tiempo es atómico y me hace inmensamente feliz.

Todavía no descubrimos el equilibrio para poder sostener todos estos roles sin caerse creo que hasta que en esta sociedad no haya equidad de género, las mujeres estaremos en esta ola que a ratos nos revuelca.

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