Siempre me he preguntado por qué las mujeres enganchamos tanto con todo lo relacionado a la energía mística, como el tarot, la carta astral, las constelaciones... con lo cósmico, algo que va más allá de lo que nuestro cerebro es capaz de entender, y ponemos nuestra confianza en algo que no tiene explicación científica.
Es aquí cuando me topo con mi marido, que cada vez que puede, me mira raro cuando le hablo de alguno de estos temas. No es que esté metiendo en el mismo saco a los hombres en este sentido, pero al menos en mi círculo, las personas con las que puedo conversar sobre esto son mujeres.
Entonces, me pregunto, ¿será un tema de ego? A pesar de lo poderosas que somos, no nos creemos el centro del universo. Es como si nos entregáramos a algo más grande, sabiendo que somos una pequeña parte en este gran cosmos. O quizás viene de más atrás. Desde tiempos inmemoriales y en ciertas culturas, las mujeres éramos consideradas guardianas de la sabiduría espiritual y la intuición, a pesar de que en otros tiempos fuimos condenadas a la hoguera por brujas, como si fuera algo malo. De hecho, mi grupo del WhatsApp de mis amigas se llama "las brujas", y no es porque seamos flacas narigonas con escoba, es porque somos intuitivas y de cierta forma estamos conectadas emocionalmente entre nosotras, muy pendientes de lo que le pasa a cada una.
A veces incluso conectamos con mujeres que apenas conocemos, y es ahí cuando me pregunto si fuimos hermanas en alguna vida pasada, como si estuviéramos unidas por un lazo más profundo que la simple coincidencia.
Estamos conectadas por un hilo invisible que está forjado de comprensión, empatía y fuerza. Este vínculo trasciende las barreras del tiempo y el espacio, y nos une en una red de apoyo, inspiración y poder.
Somos como estrellas en una constelación, cada una única en su brillo, pero juntas formamos una imagen majestuosa llamada universo.
Nuestra conexión es algo superior, una fuerza que nos impulsa a levantarnos unas a otras, a celebrar nuestros triunfos y a sostenernos en tiempos difíciles.
En esta hermandad de mujeres, encontramos el reflejo de nuestra propia grandeza y el recordatorio de que juntas, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos.
Fran ❤️